Creo en el Cosmos como un concepto unitario. Creo que toda vida es la misma. Creo que no existe diferencia entre distintos impulsos electromagnéticos en distintos cuerpos. Creo que el principio de empatía viene dado porque el otro soy yo. Creo que el que niega este principio está condenado. Creo que no es necesaria ninguna religión para articular todo esto.
Creo en la capacidad del ser humano para destruirse a sí mismo. Creo que nuestro fin llegará por nuestra propia mano. Creo que somos incapaces de ver la belleza del brote de roble que tarda cien años en convertirse en un árbol hermoso. Creo que nos gusta más verlo arder. Creo que la violencia forma parte de la Naturaleza, pero también que nos acercaremos más a la perfección si nos convertimos en seres pacíficos.
Creo en el poder de la ficción. Como espejo, como cura, como alarma y como reflexión. Creo que la mayoría de nosotros no podríamos vivir sin ficción. También creo que es totalmente irrelevante frente a la realidad, y que la mayoría de las veces no nos damos cuenta de esto último. Creo en la música, en la poesía, en la pintura. Creo en John Lennon, en Safo y en Miguel Ángel.
Creo en el poder de las masas, en el peso de la opinión pública, en el Manifiesto Comunista, y también creo que la mayoría de los ciudadanos ignoran su nivel de influencia real en los acontecimientos de la Historia.
Creo que cualquier guerra podría pararse si los imbéciles que llevan las armas dijesen simplemente: NO. Creo que los mandatarios que las hacen deberían ser sometidos a terapias de rehabilitación que incluyan conocer, uno a uno, los nombres de sus víctimas. Entre otras cosas.
Creo en la medicina. Creo que su avance justifica casi cualquier procedimiento, salvo la utilización de seres vivos que sufran innecesariamente. Creo en las células madre. Creo que tener un niño para salvar a su hermano es uno de los más bellos actos de amor que se pueden llevar a cabo.
Creo en el sexo. Creo que si es un acto de disfrute mutuo entre dos adultos, purifica, sana, y nos hace mejores. Y que el sexo con la persona a la que se ama es el único acto realmente redentor que cualquiera puede llevar a cabo durante su vida.
Creo en la ciencia.
Creo en la ciencia ficción.
Creo en mis amigos y en su potencial, en sus risas, y también creo que durante la vida vienen y van, cambian, ganamos unos y perdemos otros, y creo que tenemos que aprender a vivir con ello y disfrutar a su lado mientras podamos.
Creo que no estamos solos en el Universo y creo que es imposible que algún día lo descubramos.
Creo que Dios, de existir, sería el tiempo.
Pero no creo en Dios. Sólo en la energía.
Creo que soy incapaz de desarrollar todo mi potencial porque soy la persona más vaga que conozco. Creo que mi peor enemigo soy yo misma.
Creo que fui una niña desbordantemente feliz, que probablemente nunca consiga recuperarme del shock que supuso salir de la infancia, que mis fracasos, mis tristezas o mis insatisfacciones provienen de la incapacidad absoluta de recuperar aquella sensación. Creo que no lo cambiaría por nada.
Creo que mis padres son la influencia más poderosa de mi vida. Creo en su honradez, su nobleza, su ejemplo. Creo en sus defectos, creo en su imperfección absoluta. Creo que les amo tanto que me hago daño. Creo que no se lo he dicho nunca.
Creo en mis hermanos como todo lo que quiero ser algún día. Creo en su juicio, creo en su guía, creo que son mejores que yo.
Creo que mi abuela Lidia es la mujer más extraordinaria que he conocido. Creo que lloraré su pérdida hasta el día en que me muera.
Creo en la familia, como ha quedado patente en los tres puntos anteriores, y creo que no menciono a todos los miembros de la mía que son dignos de mención simplemente porque nos faltaría el tiempo.
Creo en el perdón pero no en la culpa. Creo que la Iglesia Católica le ha jodido la vida a mucha gente. Creo que no sería capaz de matar a nadie, aunque creo que podría hacer una excepción si me pusieran delante a algún hijo de puta que le haya hecho daño a un niño.
Creo en los niños, creo que son lo mejor que tenemos. Creo que hay que creer en ellos. Creo que deberíamos protegerlos más. Creo que hay gente que los tiene y no sabe por qué.
Creo en Adriana.
Creo en la inutilidad de esta lista y creo en que he perdido el tiempo escribiéndola, o en que voy a hacer perder el tiempo a quien la lea.
Creo que quizá no crea lo que he escrito. Creo que podía haber encontrado un final mejor.
segunda-feira, 8 de junho de 2009
Parabéns a myself
Onte foi o meu aniversário. 24 anos. Concluín isto, e máis nada:
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6 comentários:
Y yo creo en ti
Fátima, al leer tu credo me he quedado petrificada (sólo sentía el imperceptible pulso de mi corazón), con los ojos como platos y un pelín llorosos (como cada vez que algo me impresiona).
NO creo exactamente en lo mismo que tú, pero sí que creo en muchas, muchísimas cosas de las que dices.
Me acabo de dar cuenta de la gran persona que eres (créeme,je je je, ha sido un gran momento) y te agradezco infinitamente que hayas compartido tus pensamientos con el mundo.
Y viva Adri!!! Para cuándo le hacemos el monumento?
Un abrazo transcontinental desde el Oriente.
Muchas gracias, chicas. Cada uno de nosotros tiene sus credos, supongo que esto puede cambiar con el tiempo o de un día para otro... El mío es contradictorios y constante, todo a la vez. Gracias por las palabras. Besos!
Contradictoria y constante, como buena géminis. No tiene solución, pero está bien, así nunca nos aburrimos, siempre cambiando de idea! (no en todo, no se si por suerte o por desgracia).
Te veo en la cena del cole!
Un beso
Eva
La madre que te parió.
Fátima, es lunes... y me has hecho llorar. Felicidades atrasadas. No me gustaría leer las listas que haces para la compra. Te odio y te quiero a la vez.
Un beso.
PD: Por tu culpa he bajado un centímetro más de mi persiana-telón de acero.
Merda seca.
Estooo... perdón?
Anda, bonita, que no ha sido na!
Un beso fuerte.
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